El programa
de rehabilitación de tierras completó 3 mil hectáreas rehabilitadas, donde
suelo, agua, aire y vida silvestre se unen para entregar un terreno sano,
productivo y estable. Este es un proyecto que se inicio en el año de 1990 y ha
logrado la reincorporación de más de 40 especies de árboles nativos.
Cifras
no imaginables veintitrés años atrás, cuando se iniciaba esta gran gesta. Pasar
de un gris dominante al verde sano, productivo y estable que hoy exhiben las
áreas en rehabilitación pareciera más bien el producto de un buen acto de
magia.
Si,
precisamente de eso de trata, de un verdadero acto de fantasía en donde lo
soñado se ha convertido en realidad, arropado y tutelado por una expresión muy
conocida por todos: liderazgo efectivo.
Liderazgo efectivo para alinear territorios intervenidos por la minería,
gente, equipos, energía, suelo, agua, aire y vida silvestre, para que todos,
mancomunadamente y cuando nos corresponda, hagamos lo que tengamos que hacer,
sin excesos, con absoluta confianza en nosotros mismos y en lo que hacemos.
Como
producto de nuestro trabajo y para cerrar el ciclo minero, le estamos
devolviendo a La Guajira una nueva tierra, con una gran diversidad de
microorganismos, plantas y animales silvestres, capaces de contribuir de manera
efectiva con la fijación de carbono, la regulación del ciclo hidrológico y
frenar la erosión genética natural que de manera tan acentuada se manifiesta en
los territorios vecinos.
Estas
primeras 3000 hectáreas han sido un verdadero laboratorio para ensayar y validar
rápidamente lo aprendido, pero también se han constituido como una carta de
presentación ante el mundo exterior como modelo de Minería Responsable.
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