Argentina derrotó a Holanda en las semifinales
del Mundial Brasil 2014. El partido terminó 0-0 y Sergio Romero atajó dos
remates en la definición por penales para ganar 4-2 en la serie.
Pocos espacios, partido estratégico
desde el inicio para Argentina y Holanda. Ambos equipos se turnaron en la
posesión del balón con la dura misión de encontrar una jugada, un pase o alguna
acción individual que les permitiera generar peligro al rival.
En eso estuvo Argentina, con Lavezzi
muy activo por las bandas, sumando a Enzo Pérez, Biglia y Messi en el toque
corto o la presión para provocar el error rival. Holanda fue aún más
previsible, basado en la pegada de Sneijder o la velocidad de Robben para
romper la última línea albiceleste.
¿Las acciones del primer tiempo?
Pocas. Un tiro libre de Messi, bien controlado por el arquero Cillessen; el
remate desviado de Sneijder, tras una mala salida de Mascherano; y un cabezazo
de Garay, a la salida de un córner que se fue por arriba del travesaño.
Este juego de ajedrez entre argentinos
y holandeses tuvo su continuidad en el segundo tiempo, con ambos equipos
establecidos en la mitad de cancha y acelerando cuando lo creyeron conveniente.
Sin grandes emociones, el 0-0 no se quebró y el partido marchó al tiempo
suplementario.
Palacio y Maxi Rodríguez tuvieron sus
chances para lograr la ventaja, pero sus flojas definiciones mantuvieron la
paridad. Holanda, sin ideas en el juego, se conformó con terminar este
encuentro en la definición por penales. Allí, Romero se hizo gigante para tapar
los remates de Vlaar y Sneijder y llevar a Argentina a una nueva final por la
Copa del Mundo.
Terra Colombia
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