jueves, 17 de marzo de 2016

Una India llamada Catalina ¿Mito, leyenda o verdad?

Por: Alcides Vence Ibarra
Han sido muchos los historiadores que se atrevieron a indagar, creando conceptos tal vez ciertos o imaginarios sobre la sospechada  existencia de una interesante mujer, que a través de los años, ha despertado pasión por ciertos interrogantes, resultados de algunas narraciones.

Pero reseñando  algunos de los acontecimientos consignados en los Archivos Nacionales,  emprendo un viaje a la realidad de mis antepasados.
Hasta hoy, creo que nadie sepa sobre la vida de una india llamada Catalina, porque aunque para la época, pudieron existir otras, puede considerarse mera casualidad que a finales  del año 1613 de una estancia de los indios denominados Cariachiles, en el pueblo San Lucas de El Molino, los españoles quisieron llevarse a una joven aborigen para su servicio y los nativos se opusieron a tal pretensión, dando muerte al mayordomo que había ido por ella y desatando inmediatamente una guerra.
Los demás enviados lograron su cometido de tal manera que todo el provecho que dieron los  naturales a la encomendera, Francisca Vázquez Pedraza,   fue hacerles un trueque de  dos cosechas de maíz al año, una pequeña y una grande por el retorno de la india que nunca devolvieron.
Aprovechando las circunstancias del secuestro de la india, fue el 29 de diciembre de 1613 que se tuvo información en el Valle de Upar sobre el alzamiento de los indios de El Molino, cuando el capitán Luis de Rojas Daza, teniente gobernador y capitán general, fue tomado en cuenta para investigar sobre la muerte de dos de sus enviados: Juan Bartolomé y Felipe Fiallo, cuando mandó a presentarse ante su merced a un testigo llamado Diego de Argote, alcalde de la Santa Hermandad del cual fue recibido juramento y él lo hizo cumplidamente y prometió que diría la verdad.
En el Valle de Upar el día 1 de Enero de 1.614, llamarón a Catalina como testigo fiel de lo sucedido. Siendo interrogada en su lengua, ella dijo que era cristiana y pertenecía a  la encomienda de Francisca Vázquez Pedraza.

Preguntando a Catalina porque mataron los indios del Molino a Juan Bartolomé y se alzaron y mataron a Felipe Fiallo, y ella respondió, que el indio Dieguillo de nación itoto, se alió con Marcelino y Alejo, mataron a Juan Bartolomé por dos indias que tenía para llevar al Valle de Upar, que le había quitado las mujeres a dos mancebos  y después el indio Diego, fue al cañaveral a matar a  Fiallo, que no había hecho nada.

La india siguiendo su relato sobre lo que había sucedido al regreso de los soldados a El Molino, dijo que ya no estaban Alejo y Marcelino y sólo estaba  Dieguillo, a quien dieron muerte los soldados con muchos otros que fueron heridos, y que ella estaba turbada con el sonido de los arcabuces y por eso no sabe el número de los indios que murieron.

Al darle de baja al indio Diego, llevaba la espada, sombrero y alfanje de Juan Bartolomé, que se lo había dado Alejo, capitán de todos los indios.


Existiendo un sin número de relatos sobre grandes personajes de la historia de Colombia, sumada la importancia que representan en cada uno de los pueblos y ciudades, me animo a hacer esta clara anotación, la cual creo sea propicia para que algún día se logré reafirmar, declarar y reseñar el acontecer fidedigno de aquella nativa que se convirtió en  símbolo representativo de esta  nación. 

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