Por: Jaimelis Fonseca Sierra
Diversos problemas sociales se cocinan al interior de algunos barrios del
municipio de Barrancas, unos destruyen familias, otros afectan la calidad de vida de los habitantes e incluso, algunos
de estos problemas están acabando paulatinamente con la vida de muchos jóvenes
y adultos.
|
Psicóloga Dalcia Pinto |
Pese a los diferentes programas implementados por la Alcaldía Municipal y
la secretaria de salud de esta localidad, parece faltar algo más firme, algo
que desde la familia y los amigos contribuyan a minimizar el índice de problemáticas
tan graves como el alcoholismo y la drogadicción, que inician en esos momentos
que quizás algunos padres ignoran.
Las drogas principalmente en los barrios más vulnerables, se están tomando
de manera acelerada y silenciosa, a un centenar de jóvenes que hoy en medio de
la agonía que reflejan las crisis de ansiedad de estas personas por consumir
esta sustancia prejudicial y mortal, transmiten en medio de ese acelerado
deseo, la necesidad de una pronta ayuda, antes de que sea demasiado tarde.
Dalcia Pinto psicóloga Social Comunitaria, con postgrados en derechos
humanos, quien trabaja en el área de trabajo social SIAU del Hospital Nuestra Señora
Del Pilar, es una de las testigos directa de esta problemática social. En medio
de las rutinas de su trabajo, siempre se sorprende con situaciones y problemáticas
iguales pero con manifestaciones sociales diferentes, ha tratado a personas con
problemas de salud mental, víctimas de violación, maltrato intrafamiliar e
infantil y a personas que han atentado contra su vida, hoy a raíz de las
diversas experiencias pide ayuda porque siente que la situación de la
drogadicción en el municipio se está saliendo de control. “Tengo un testimonio
vivo en mi propia familia, nadie sabe los problemas que en una familia se viven
por la droga, nadie sabe cómo es de difícil para un adicto volver a ser el
mismo” manifestó la Doctora Dalcia con lágrimas en los ojos.
Ella tiene un testimonio y experiencia palpable, un hijo de su hermana,
joven de 25 años, debido a que personas inescrupulosas lo tienen como escudo
para consumir y vender drogas, que hoy lleva a la destrucción de un hogar, a la
destrucción de una madre que pide a Dios que su hijo reciba ayuda antes de que
sea demasiado tarde. “Mi temor es que él pueda atentar contra su vida, o
incluso por los problemas en que se mete por consumir esa sustancia, otras
personas acaben con la vida de el” manifestó bastante preocupada. Según versiones
por los conocedores de este tipo de problemas que tocan cada día más las
puertas del Hospital, la ayuda que pueden brindar es enviarlos a la clínica de
rehabilitación INCECAR en Santa Marta, el único centro asistencial para este
tipo de problema con el que tiene convenio la Secretaria de Educación de este
municipio y la ayuda no es rentable debido a que solo lo reciben por un mes
cuando un paciente de estos necesita hasta doce meses o más para poder rehabilitarse.
Muchos profesionales hoy contribuyen para disminuir el índice de
drogadicción y alcoholismo en los sectores vulnerables, donde la miseria, la
desnutrición, y los problemas de violencia intrafamiliar se respiran y se
palpan de manera evidente, sin embargo, se requiere del apoyo de las
autoridades para intervenir de manera urgente en los sectores vulnerables del
municipio, donde los lugares abandonados
son las guaridas del consumo y venta de esta sustancia.
Quienes están sumergidos en estas tragedias manifiestan que tal vez ya es
hora de despertar y brindar mejores opciones a los jóvenes, replantear estrategias
que den con la mitigación del consumo de sustancias nocivas y ayudar a los
padres de familia, para que puedan enviar a sus hijos a los diferentes centros de
rehabilitación del país con la ayuda del gobierno departamental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario