Seis días después del robo de la recién nacida wayuu del hospital Nuestra Señora de los Remedios de Riohacha, las directivas de este centro asistencial no se han pronunciado por este hecho.
En el hecho hay involucradas dos familias wayuu, la de la niña y la de María Ipuana, capturada por el hecho, quien está acusada por secuestro simple agravado y se encuentra en la cárcel municipal, a la espera de ser trasladada a Santa Marta.
Por este motivo los palabreros o autoridades tradicionales de la etnia se han reunido varias veces y han manifestado que el hospital debe responder por el robo de la menor, quien es buscada por las autoridades.
El palabrero Orangel Urarit afirma que “el hospital debe tener alguna responsabilidad porque permitieron que la niña saliera sin ningún control, sin registrar a la persona que la sacó”. SGB
El Heraldo
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